Cónclave en la era de la desinformación

Reflexiones tecnológicas

Cónclave en la era de la desinformación
Rome, 10 de Mayo de 2024. (AP Photo/Alessandra Tarantino)
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Columna de opinión exclusiva de Vector Crítico.

Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, falleció 12 años y 39 días después que fuera electo por el Cónclave de 2013.

Llegó en la época donde las redes sociales ya tenían poder y empezaban a evolucionar. La desinformación era reducida y enfocada en procesos electorales. Aún se podían tener conversaciones reales y la gente podía opinar sin mayor problema.

El Cónclave de 2013 ocurrió en ese contexto, toda la atención de los creyentes concentrada en las transmisiones en directo desde el Vaticano. Facebook y Twitter tenían picos de comentarios con cada columna de humo negro y fue una explosión cuando llegó la columna de humo blanco.

El video del anuncio tenía la misma fuente, no había nada que hiciera a los internautas dudar de la veracidad del hecho.

El Cónclave de 2025 enfrentará un contexto distinto. Si bien es cierto que este evento ocurre a puerta cerrada, prácticamente aislados, cada uno de los cardenales que participarán han estado expuestos por años al internet que vivimos ahora.

Si antes estaban expuestos a la opinión pública que se formaba a traves de editoriales y columnas de opinión, hoy estan expuestos al reinado de la viralidad. La verdad dejó de ser importante, las narrativas, las batallas ideológicas y el crecimiento exponencial de desinformación hacen que la percepción de la realidad sea alterada. Todo ese lastre de ideas contaminadas probablemente logren penetrar esa burbuja eclesiastica.

A eso no hace falta explicar mucho la avalancha de información que vendrá y los ejércitos de influencers buscarán monetizar el evento hasta que no se puda exprimir más. Un evento que tiene la atención de más de dos mil millones de personas muy probablamente sea aprovechado por operaciones de influencia y grupos de extremistas.

Al margen de quien salga electo como nuevo Papa, es poco probable que sea alguien que domine el internet como nuevo terreno de debate y difusión.

El Papa Francisco aborda el internet "moderno" en su encíclica LAUDATO SI’:

47. A esto se agregan las dinámicas de los medios del mundo digital que, cuando se convierten en omnipresentes, no favorecen el desarrollo de una capacidad de vivir sabiamente, de pensar en profundidad, de amar con generosidad. Los grandes sabios del pasado, en este contexto, correrían el riesgo de apagar su sabiduría en medio del ruido dispersivo de la información. Esto nos exige un esfuerzo para que esos medios se traduzcan en un nuevo desarrollo cultural de la humanidad y no en un deterioro de su riqueza más profunda. La verdadera sabiduría, producto de la reflexión, del diálogo y del encuentro generoso entre las personas, no se consigue con una mera acumulación de datos que termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminación mental. Al mismo tiempo, tienden a reemplazarse las relaciones reales con los demás, con todos los desafíos que implican, por un tipo de comunicación mediada por internet. Esto permite seleccionar o eliminar las relaciones según nuestro arbitrio, y así suele generarse un nuevo tipo de emociones artificiales, que tienen que ver más con dispositivos y pantallas que con las personas y la naturaleza. Los medios actuales permiten que nos comuniquemos y que compartamos conocimientos y afectos. Sin embargo, a veces también nos impiden tomar contacto directo con la angustia, con el temblor, con la alegría del otro y con la complejidad de su experiencia personal. Por eso no debería llamar la atención que, junto con la abrumadora oferta de estos productos, se desarrolle una profunda y melancólica insatisfacción en las relaciones interpersonales, o un dañino aislamiento.
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Aquí pueden descargar la encíclica: Laudato Si

En el texto reconoce las consecuencias del mal uso que se le ha dado y el excesivo poder que tiene.

Habrá que esperar el humo blanco y sabremos un poco en que dirección caminará el Vaticano con respecto al internet, entre otras cosas.